Déjame ordeno todos mis placeres
y ofrendo mi brevedad a tus instantes,
esa parte que no compartes,
me hacía perder el equilibrio un tanto,
y luego ir, volver y enterrar todas mis tristezas a mi cementerio de culpas,
como el necio que se enamora a vivas discreciones,
ese insólito efecto que tienen los amores,
que cubren las memorias.
Me había enamorado o eran las sensaciones post-químicas,
o el sentimiento post-algo,
porque ya me había atrapado en algunos de tus miedos,
como me quemaban tus últimas tibiezas,
entre otras muchas razones que ahora se me escapan.
Y bueno, qué puedo decir, si el compromiso es caro,
y nadie se preocupa por ver a las flores en su albor,
no cualquiera se asoma a la ventana
esa parte que no compartes,
me hacía perder el equilibrio un tanto,
y luego ir, volver y enterrar todas mis tristezas a mi cementerio de culpas,
como el necio que se enamora a vivas discreciones,
ese insólito efecto que tienen los amores,
que cubren las memorias.
Me había enamorado o eran las sensaciones post-químicas,
o el sentimiento post-algo,
porque ya me había atrapado en algunos de tus miedos,
como me quemaban tus últimas tibiezas,
entre otras muchas razones que ahora se me escapan.
Y bueno, qué puedo decir, si el compromiso es caro,
y nadie se preocupa por ver a las flores en su albor,
no cualquiera se asoma a la ventana
y es presa de una indómita brisa de verano,
no somos dueños de las aves ni de las coincidencias.
Si el amor desaparece,
nunca encontraré sus causas,
porque mis latidos citan al recuerdo de un paseo por el parque
o la timidez cuando quería coger de tu mano
o que al pasar por una iglesia,
recorríamos nuestra imaginación hacía el futuro
Para ti ningún concepto es sagrado,
pero el amor cuando tiene tus formas,
no somos dueños de las aves ni de las coincidencias.
Si el amor desaparece,
nunca encontraré sus causas,
porque mis latidos citan al recuerdo de un paseo por el parque
o la timidez cuando quería coger de tu mano
o que al pasar por una iglesia,
recorríamos nuestra imaginación hacía el futuro
y se cubrían nuestros colores de blanco y negro,
porque el deseo era dueño de nuestras mentes,
para este momento ya no crees en Dios ni en casarte,
aunque la fuerza de un mito es más fuerte que cualquier otra cosa.
porque el deseo era dueño de nuestras mentes,
para este momento ya no crees en Dios ni en casarte,
aunque la fuerza de un mito es más fuerte que cualquier otra cosa.
Para ti ningún concepto es sagrado,
pero el amor cuando tiene tus formas,
cuando lleva tus líneas,
o cuando la multitud transita sobre la tiranía de sus vidas,
tú me dominabas con un simple abrazo,
sentí que una parte tuya me elegía.
o cuando la multitud transita sobre la tiranía de sus vidas,
tú me dominabas con un simple abrazo,
sentí que una parte tuya me elegía.
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