Si alguna vez creímos pertenecer al espacio íntimo de otra persona, el paso del tiempo, firmó alguna sentencia para dejar de compartir aquellos momentos, ahora mantenerse alejado de tantos, se vuelve un complejo paradigma para la existencia y este efecto crea, un antagonismo al teatro de nuestra mente humana. Estamos dejando atrás de a poco todo, y aceptando una fuga a la panóptica reciente, pero aún se disputa la dicotomía entre los partidos de la vida y el de la economía, cuán indefinido se mutó el período para regresar, este volver al nuevo comienzo, es en realidad un callejón sin salida, aunque se nutre con varias esperanzas salvadoras. La separación de los otros, agudizó todas las ansiedades latentes, hemos renunciado a la piel con piel, por todas las constantes amenazas y entre tanto vamos escapando hacía el último momento, la resiliencia es el mayor catalizador humano que podemos adoptar ahora, nos sufraga cuando las señales del cuerpo caen y gritan, entonces valoramos el e...